miércoles, 22 de julio de 2009

CASTELLANI, ARGENTINA Y EL 28 DE JUNIO

Pareciera que el 28 de junio se ha convertido en una visagra para la historia argentina. En gran medida depende de nosotros, desde nuestro puesto, que tal visagra se convierta en un visagrón, y permita girar la puerta con entera amplitud, o en una visagrita...que posibilite mover un cachito la puerta, para el gozo del ojo mezquino. Depende de nosotros. No hay que olvidar jamás que a los pueblos semicolonizados, por todos los medios, se les obstaculiza el crecimiento de su conciencia...pues en esa medida dejan de ser colonizados.

Una gran oportunidad. ¿Para modificar qué cosas?

La lista sería larga, pues tocaría todos los aspectos de nuestra vida individual y colectiva. Solo algunos tópicos: no más al clientelismo político, basta de punteros pagos y repagos, basta del uso del poder para grupos-partidos o corporaciones, no más a la pensada concentración de la riqueza con exclusión del trabajo, basta de sacarnos dinero a pueblos del interior y sectores productivos para transferirlo como regalos a "amigos de diverso pelaje", pues eso es robo liso y llano, o para gastos del Estado ilegítmos, basta de ideologías que impiden el pensar por nosotros mismos y ver nuestras cosas.

¡SI, AL DIALOGO! (POLÍTICO, SOCIAL, EDUCATIVO)

Me parece verlo a don Leonardi Castellani, el 29 de junio, con su vestimenta de cura campero, bien gaucho. Se sonreiría, al ver el ansia de nuestra comunidad nacional por lograr una DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, en lugar de la democa-ca-ca-ca-racia liberal; por mirar con agudeza el rostro concreto, concretísimo de los Derechos Humanos en lugar de un discurso ideológico y vacío, que mira las realidad de forma vizca; el derecho, hoy, de los niños, ancianos, pueblos olvidados, educadores silenciados, maestras castigadas de mil formas, estudiantes estafados con facultades que son fábricas de diplomas... jóvenes en silencio ante el vacío de valores de los mayores y la desvergonzada actitud de los grupos dirigentes.

Con seguridad don Leonardo nos invitaría a pensar, y nos diria algo así como lo siguiente: la historia está allí, a la mano, aprovecha esta oportunidad, ¡hazla!

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