jueves, 28 de agosto de 2008

El silencio

Decíamos en la última clase "solo quedan las palabras, el discurso".
Es estos tiempos hemos visto demasiados discursos, y la voz no era ni de Búho ni de Calandría, más bien parecía de "Tordos", esos a los que les gusta poner huevos en los nidos ajenos, o bien Cuervos, los que viven de la porquería ajena.
Todas las voces son importantes, todas tienen su lugar, su espacio vital, su "lógica", pero sin embargo es pertinente saber identificarlas.
No sea que matemos a Frankenstein, víctima al fin y al cabo, y nos quedemos con su creador, a la postre, mucho más monstruoso.
Por eso el silencio, muchas veces sabio y prudente, en otras puede ser hiriente.
Como dice la canción, no es lo mismo permanecer y transcurrir, no es perdurar ni es existir, honrar la vida.
¿Habrá aprndido algo la Calandria en este tiempo?
Pero... si se apaga la luz que hay en tus ojos ¡Cuanta oscuridad habrá!
Es el Telos, queridos hermanos, y no es poca cosa para empezar.