sábado, 7 de febrero de 2009

ESTACION ESCRIÑA

El tren era la vida de los pueblos del Interior, en nuestro país, Argentina. Por algo desparecieron en la Aldea Global.



Escriña es un pueblito entrerriano, blanco y muy diminuto.

El tren Urquiza pasa dos veces al día, con sus bufidos espumosos y las campanas de la estación que llaman a la concentración y a la alegría. La estación del tren es una bella pinturita, como casi todas las entrerrianas.

Los lugareños se agolpan, con las caras lavadas y los mejores vestidos. Luego pasean sus sonrisas a lo largo de los vagones viajeros. Se saludan con los pasajeros y devuelven sonrisas.

Mientras esto sucede, en los vagones de carga se trabaja con apuro. Bajan cajones y más cajones. Y suben fardos bien atados, y bolsas. Muchas bolsas. También cajones.

Escriña se ensancha y se embellece. Dentro de poco vendrá un médico a vivir en la aldea.

Un día el tren dejó de pasar. Y no pasó más.

Hoy Escriña es un fantasma cadavérico. En la destartalada estación crecen yuyos y en lo que fue el salón de espera, hay dos espinillos casi secos.

Ladra un perro de forma tan lastimera y con sonidos agudos, como estiletes sangrientos, que hasta los pocos árboles acostados, los bichitos de luz, y todo ser viviente de la zona, tirita con emoción solidaria.

Se oye muy bien lo que dice:

-“El desarrollo no es para los perrrooos. ¡Peeeerrroooooo!
“Vida perruna la mía.
“Aunque Escriña es toda mííaaa-a-a-a!"


El cielo está estrelladísimo. Unos lagrimones cayeron sobre Escriña.




Texto agregado el 19-01-2009, y leído por 41 visitantes. (8 votos)


AGREGADO PARA EL BUHO Y LA CALANDRIA (7-02-09):
CUANDO LA DEPENDENCIA ES ECONÓMICA Y ESPIRITUAL, COMO HAN ENSEÑADO TANTOS MAESTROS ARGENTINOS, ¡LA VIDA ES PERRUNA! Pero tiene voz, y se la puede escuchar. Habrá que ladrar nomás. Un afectuoso saludo a los escriñenses (¿así se dice?)

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