miércoles, 19 de diciembre de 2007

"La globalización y América Latina"

Este título pertenece a un artículo del Dr. Jiang Shixue, publicado por el Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales, centro de estudios estatal que asesora al gobierno Chino. El doctor luego de cinco años de investigación ha escrito un libro titulado "Estudios comparativos de los modelos de desarrollo de América Latina y el Este Asiático". En él afirma que "la globalización aumenta la interdependencia y la integración económica entre los países desarrollados y los países en desarrollo, un proceso que tiende a mejorar la posición de estos últimos en la arena internacional", esto permite la circulación de capitales y tecnologia de última generación, facilitando la expansión de mercados de los paises en desarrollo. Pero mientras que en China los intelectuales y políticos han abrazado con entusiasmo la globalización en latinoamerica hay un "sentimiento antiglobalización, evidente".
En una entrevista realizada por Andrés Oppenheimer el investigador expone las siguientes conclusiones:
"Analizando el desarrollo chino y el latinoamericano desde el punto de vista cultural y económico se encuentran grandes diferencias en ambos rubros. Desde el punto de vista cultural la principal diferencia es que los chinos son devotos seguidores de las enseñanzas de Confucio, filósofo del siglo V antes de Cristo que todavía es venerado como el principal ícono de la sabiduría china. La tres principales características de la filosofía confuciana son: alentar a los padres a invertir tiempo y dinero en la educación de sus hijos, promover el ahorro y estimular la obediencia a la autoridad.
Los chinos ahorran toda su vida para pagarles las mejores escuelas a sus hijos, algo que s ve rara vez en América Latina".
En el orden económico también las conclusiones nos ponen a años luz del Este Asiático. Mientras China dio la bienvenida a McDonald's permitiendo la apertura de más de mil sucursales (por dar un solo ejemplo), dejando atrás y totalmente superada la teoría de la dependencia, en América Latina se combate desde el discurso y la acción al imperialismo norteamericano, al neoliberalismo criminal, cerrando y destruyendo locales donde trabajan latinos. La eterna queja antes que la acción, la crítica a todo antes que aprovechar las oportunidades, la niñería de seguir criticando los '70, el ataque verbal antes que la exigencia firme de tratados que "obliguen" a Estados Unidos a comportarse como lo hicieron los paises ricos en Europa, dejando lo bueno de la apertura de mercado, las buenas relaciones, las exigencias a los paises desarrollados, las políticas serias hacia adentro para una apertura externa exitosa.

En ciertos momentos pienso y me pregunto, Máximo ¿llegaremos a calandrias?
A quien le guste leer a un periodista, investigador que mezcla crónicas de viajes, entrevistas, humor, información y reflexiones, les recomiendo "Cuentos chinos. El engaño de Washington, la mentira populista y la esperanza de América Latina" de Andrés Oppenheimer, Editorial Sudamericana.

7 comentarios:

Máximo Chaparro dijo...

¡¡¡QUE BUEN ARTICULO!!!
¿Llegaremos a "calandria"?
Con los discursos, y más discursos, y más discursos ...nó...sin trabajo y una acción continuada, no daremos un paso hacia adelante. Condenados.
Me parece.

Escritores de Basavilbaso dijo...

Es fundamental que pensemos en un cambio rotundo en la educación, en la preparación de las generaciones jóvenes, en quienes no viven de rencores y viejas disputas par caminar hacia un futuro de cambio verdadero.
Comencé leyendo el libro como una curiosidad, sabiendo que de economía no iba a entender nada, pero me sorprendí el nivel coloquial de este periodista que nos muestra en qué estamos entrampados y por qué no podemos salir los latinoamericanos de esta crisi interminable. Aquí sí "somos artífices de nuestro destino".

Mariano dijo...

El titulo ya me inquieta y abre a la vez la problemática de mediar entre una respuesta a nuestra época y el rescate necesario de nuestra identidad, si se quiere con mayor ojo entre lo móvil y permanente de una cultura, sin duda que con los preceptos de Confucio, ya nos están sacando una cabeza a los Sudamericanos, que aun andamos rescatando nuestros elementos idiosincrásicos desparramados por doquier y con tan poca memoria. Nos toca un momento de transito, si se quiere turbulento, donde la configuración de cambios profundos se da poco a poco, quizás imperceptibles para una vida, la vista atrás nos a dado ejemplos de esta manera que tiene la vida de moverse. Pero también estas bisagras históricas nos posibilitan y sobre todo en nuestro ámbito de ser participes relevantes de esos pequeños pero significativos movimientos. Cada vez que entramos al aula, dialogamos con la gente, con la familia, proyectamos y soñamos veo esos pequeños pasos. Para seguir reflexionando.

Quizas ya dimos un paso...

Sergio dijo...

Me pareció muy interesante el artículo, precisamente porque abre el debate. En primera instancia, como lo conversábamos con Mariano hace unos días, sería bueno tratar de definir “globalización”, porque, exactamente,¿De qué estamos hablando? Pareciera como que el artículo centrara el análisis en aspectos económicos, salvo una breve referencia a Confucio.
Al respecto quisiera hacer mi aporte crítico, sólo para agregar más elementos al debate.
Lo primero que quisiera poner sobre el tapete es la cuestión identitaria, pues comparar regiones del mundo tan disímiles, con perspectivas culturales tan diferentes, me parece una tarea ardua. Yo no se si esto es posible en una investigación de cinco años. A priori me parece que no.
El mismo texto sugiere un condicionante marcado: en el este asiático, por lo menos cinco veces milenario en su historia, aparece como un faro Confucio; ¿En América Hispana existe algo parecido? Nuestra historia solamente de pocos siglos entrecruzadas con la milenaria de los pueblos originarios mediatizados por la conquista, indica que estamos en un camino, en construcción. Se pueden percibir algunas líneas, como ser, nuestra Teología de la Liberación. No debiera despreciarse este aporte sin más, o mirarlo muy a la ligera.
En segundo lugar, plantear como disparador la frase “...alentar a los padres a invertir tiempo y dinero en la educación de sus hijos, promover el ahorro y estimular la obediencia a la autoridad...”
Estos principios orientales, no nuestros, no construidos por nosotros, fueron propuestos para una sociedad muy diferente de la globalizada, lejísimo de la economía neoliberal. Y me parece que el texto lo propone obviando esta situación. Dudo mucho de las traspolaciones sin contextualizar lo espacio temporal.
Hoy, es altamente probable que se utilice la frase citada up supra para disciplinar, y no para concientizar.
También, y como para cerrar por ahora, se presenta el desarrollo del este asiático como una gran posibilidad, y sin embargo, baste ver los informes de la ONU sobre distribución del ingreso, o bien la calidad de vida de los chinos obreros o peones rurales para ver que no basta con el supuesto desarrollo económico, al menos no con este.
Los postulados básicos de un sistema económico, sus planteos doctrinarios fundantes aparecen como sustantivos, y en todo modelo de desarrollo, en especial cuando de seres humanos, personas con toda la dignidad se trata y lo que ello implica, merece especial atención el concepto de Justicia y Equidad.
¿Debemos nosotros, bebes que comenzamos a balbucear nuestro proyecto, deslumbrarnos por proyectos foráneos? Yo creo que tenemos los recursos humanos y espirituales para construir el propio, atendiendo nuestra peculiaridad, nuestra carga identitaria y bagaje histórico. Pero existe una condición: no basta con “ver” la realidad, es necesario “modificarla”, y para ello conozco sólo un camino: COMPROMETERSE Y TRABAJAR. Nuevamente, el Búho y la Calandria, pero siendo eso, no pretendiendo metamorfosis.

Escritores de Basavilbaso dijo...

Tal vez no he sido clara en utilizar el título, pero la intención de emplearlo fue colocar la misma posición que el buho y la calandria, la agudeza de la visión en la noche de los pueblos y la fresca visió inexperta de nuestro mundo conquistado.
Como haces referencia en tu artículo,Sergio, convivir, aprender de ambas culturas, tomar lo positivo y ofrecer lo bueno y nuevo o lo milenario es aprender juntos. No menospreciar nuestra juventud, menos aún olvidar que los valores son universales sólo se debe ordenar adecuadamente la escala.
Tengo 44 años y dejé de ahorrar junto con mi familia cuando a mi madre la dejaron cesante (dicatadura del 76) y tuvimos que sobrevivir con el sueldo de mi padre, no estamos lejos de los principios de las grandes civilizaciones, sí estamos lejos de los esfuerzos de los hombres de otras civilizaciones por falta de continuidad en políticas educativas que valoren a la persona, al trabajador, o al peon rural (que no se diferencia mucho con el este asiático en lo que respecta a esta zona donde vivo, 18 hs x $15 para desmalezar con pala), como los constructores de la economía, como la base del progreso.
La falta de políticas serias también atenta contra la formación de una sociedad sin justicia y sin equidad.
Estoy convencida que no alcanza con nuestros recursos,ni los naturales ni los humanos, nos falta algo fundamental pensar el estado desde la formación, que es lo que entendieron estos estados emergentes.
Rescato lo que aporta Mariano también nuestra falta de memoria y nuestra identidad diluida en el tiempo. Qué poco sabemos de nuestros pueblos originario, de sus economías, de su orgnaización social. No estamos deslumbrados con proyectos foráneos, desconocemos nuestra historia y nuestro potencial.
Seguramente me falta aprender mucho más de Historia y Economía, pero compruebo diariamente que los países que más se integran son aquellos que eligen la educación, apuestan a la investigación en todas las áreas, invierten en capacitación para sus trabajadores y profesionales en las nuevas tecnologías, mientras aquí tengo compañeros de trabajo que llevan las guías de estudio prolijamente escritas con la querida y siempre bien ponderada OLIVETTI.
Muy bueno el debate, hay mucha tela para cortar...

Sergio dijo...

Muy bueno tu análisis Sofía. Comparto con vos mucho de lo que decís, aunque no lo de los recursos humanos. Yo creo que están, pero dispersos aún.
Comprendo tu punto sobre el diálogo del Búho y la Calandria. Es más, lo comparto y creo que estamos hablando de lo mismo. Me pareció oportuno poner la duda en el supuesto éxito del los países del este asiático. Es que no comparto para nada la integración, el avance de países, la conformación de estados supereficientes pero que no traducen en bonanza para sus habitantes. Yo sigo bastante los temas geopolíticos, me interesan sobremanera, pues allí se juega gran parte de nuestro futuro plantetario, y allí sólo veo (a nivel estados), un avasallante avance de intereses económicos y financieros, donde ya ni siquiera podemos hablar de Búho o Calandria, sino de alienación y sometimiento a las "normas del mercado". En Ciencia Política uno de los temas en boga por estos días es quién efectivamente detenta el poder, y las respuestas son bastante sombrías: grupos económicos y multinacionales.
Insisto, este sistema económico tiene una fuerte base inmoral, y me parece importante que hoy, en el siglo XXI, podamos construir uno nuevo que se apoye en la ética y la Justicia. Conceptos estos utilizados por un fantástico documento de la Iglesia Católica llamado "Documento de Puebla", donde se pone de manifiesto la "justicia demasiado largamente esperada"

Angeles dijo...

Hola a todos, la verdad es que el texto me parecio bellisimo, no solo por la redaccion y el mensaje final, sino fundamentalmente por el planteo que nos deja, gracias por compartirlo Maximo